ENTREVISTA A FERNANDO SAYAGO



"EL DIA QUE ESTA OBRA NO GENERE MÁS CONTROVERSIA, DAREMOS UN GRAN PASO COMO PERSONAS"

¿Cuándo comenzó tu interés por la actuación?
Cuando terminé la secundaria, me debatía entre seguir una carrera formal (un poco por mandato familiar) o seguir mis instintos. Como el mandato era muy fuerte, hice las dos cosas, me anoté en el CBC para seguir Ciencias Económicas (carrera que abandoné prontamente) y en mis tiempos libres estudiaba piano y teatro. La música me acompaña desde chico, es una amante que me sigue subyugando. Y el teatro que al principio empezó como un juego (y una manera muy divertida de conocer lindas chicas) se transformó con el tiempo en mi trabajo formal y en mi elección de vida.

¿Cómo te formaste actoralmente?
Estudié un tiempo en la EMAD y paralelamente con Lorenzo Quinteros, con él estuve cuatro años, que los considero la base de mi formación actoral. Después hice un montón de talleres y seminarios, pero creo que uno aprende sobre el escenario, actuar es un oficio y se aprende haciendo con el público ahí enfrente. Soy técnico de sonido también, hago música electrónica, remixo, edito, masterizo en mi propio estudio y doy clases. Es algo paralelo que hago con la misma intensidad que la actuación.

¿Qué impresión te dio la obra la primera vez que la leiste?
La obra ya la conocía, pero como una especie de mito, no había visto la puesta de Ure, pero sí recuerdo las publicidades en canal 13 y en la radio, siempre me dio curiosidad. Cuando la leí no podía creer que esa obra haya sido escrita en 1914, me pareció un hallazgo, como un tesoro que uno encuentra, un texto maravilloso, con personajes tan bien trazados, con una historia y una estructura dramática impecable. A Mariano Dossena lo conocía por nombre, no personalmente. Él me convocó para hacer el personaje de Pérez, que es una de las patas en este triángulo amoroso.

¿Cómo es Pérez?
Es un personaje increíble, mucho más para la época en que fue concebido, es un ser deseante que lleva a cabo sus deseos, sin importarle quien puede dañar con eso, es un ser ambivalente y dionisíaco, todo un desafío para actuar.

¿Cómo es tu proceso de trabajo a la hora de encarar un personaje?
Los procesos de trabajo van cambiando de acuerdo a los directores y la obra que tenés enfrente. No es lo mismo hacer teatro de texto que algo más performático. En este caso, con Mariano trabajamos mucho sobre el texto, es muy rico y tiene mucho movimiento, con palabras que ya casi no se usan hoy en día, con mucha riqueza en la construcción semántica. El trabajo fue, al principio, adentrarse en ese texto, dejarse inundar por las palabras, como pasa con casi todos los textos que están bien escritos. El actor solo tiene que dejarse llevar por el movimiento que el autor pensó para el personaje, dejarse fluir por eso, por las imágenes, te diría que es mucho más fácil actuar un texto bien escrito que uno malo donde uno no tiene de dónde agarrarse. Después todo lo que uno le agregue (cómo camina, cómo habla, qué le pasa, los vínculos, el espacio, las temperaturas, los climas, el movimiento interno del personaje, el vestuario) ayuda a definirlo, a darle su entidad dramática en el escenario.

¿Cómo fue tu experiencia con el director?
Con respecto al trabajo con Mariano, verdaderamente fue muy placentero. Él tenía muy claro a dónde quería llegar y, como todo buen director, marcó el camino, pero nunca me dijo cómo, es decir: me mostró por dónde iba el asunto pero me dio mucha libertad para crear. Sólo había que lanzarse y confiar, que es algo que él me transmitió desde el primer día, mucha confianza. Y sobre todo hizo hincapié en la actuación, venía y te pedía cosas: “probá esto, probá lo otro, ahora fijate en tal movimiento, en tal palabra”. Hacía referencia a cómo te modifica el otro en tal momento, un trabajo muy minucioso sobre cómo articular la actuación y el texto, las distintas intensidades y texturas y así se dio, muy fluidamente.

¿Alguna dificultad que quieras contarnos?
Quizás la mayor dificultad con este trabajo consistió en hacer creíble un personaje de "época" con mucho señoreo, muy elegante, diciendo esos textos y que el resultado de eso no sea de museo, sin caer en estereotipos o solemnidades, ese fue el trabajo y el desafío en sí mismo.

¿Esperabas este éxito de “Los invertidos” o te sorprende? ¿Cómo lo vivís?
No, no me lo esperaba en absoluto, yo vengo del teatro independiente, y me ha tocado por suerte trabajar tanto en proyectos muy exitosos como en otros donde tuvimos que suspender la función porque no venía nadie. Lo del éxito es relativo, no me modifica en cuanto a mi trabajo y mi pasión por hacerlo lo mejor posible. Obvio que es muy gratificante y halagador saber que va bien, y que se agotan las entradas y que a la gente le gusta el trabajo que hacemos.

¿Qué es la actuación para vos? ¿Qué significa en tu vida?
La actuación para mí es mi trabajo y mi vida, un camino de autoconocimiento y de crecimiento constante, y también una manera de pensar y vivir en este mundo de otra manera. Siempre el trabajo del actor se completa con el público, y en este caso, siento que esta obra sigue generando polémica hoy en día. El día que esta obra (y en particular el tema de la homosexualidad) no genere más controversia, daremos un gran paso como personas. Cuando lo diferente deje de ser la novedad, habremos desterrado mucho miedos y echado mucha luz sobre un tema que sigue generando discursos totalmente absurdos en tiempos de matrimonio igualitario. Nos queda mucho todavía por recorrer con este tema, y Castillo fue un avanzado en plena época de higienismo, en tratar este tema. La sociedad en general sigue siendo muy hipócrita, y mientras lo siga siendo esta obra dará que hablar.


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