"TENEMOS MUCHAS GANAS
DE CONTAR ESTA HISTORIA"



Corría el año 1977 cuando el actor Daniel Toppino vio en la Facultad de Ingeniería el cartel de incorporación a Teatro Universitario de Buenos Aires en el centro de estudiantes. “Iba cada vez más al teatro y menos a la facultad, fue bastante conflictivo el cambio, pero fue”, asegura el actor.
El Tuba estaba en lo que hoy es el Ricardo Rojas. Eran épocas de Proceso y los actores vivían momentos terribles cuando buscaban a algún compañero muy comprometido. Allí no sólo actuaban sino que también aprendían a pintar decorados, eran acomodadores y volanteaban al estilo de los teatros independientes de los `60. “Lo asocio un poco con el Teatro Celcit, donde en las clases de Dirección del maestro Juan Carlos Gené, colaborando con una estudiante de Dirección, hicimos como actores invitados "Papa Querido", de Aída Bornik. Yo era el hermano mayor, y el hermano menor lo hacia un jovencito actor inexperto en ese momento, década del `80”.
Hace un tiempo Mariano Dossena me convocó para hacer a pulmón, como en el Tuba, una obra corta de Paul Auster llamada "Espacio Escondido", que hicimos durante un año. Allí descubrí un director de una gran sensibilidad, muy estudioso y responsable a pesar de ser tan joven, que con el tiempo se está convirtiendo en un director muy talentoso como lo demuestra en cada ensayo de “Los invertidos”. Allí, a través del trabajo, fomentamos una amistad donde el hilo conductor fue siempre el teatro, yendo a ver obras juntos o con amigos en común "del palo".
Se que me quiere y admira, por lo que me convocó para hacer la Princesa. Este personaje originalmente tiene que ser actuado por un actor más joven que yo, por eso le estoy muy agradecido a Mariano. Amo el teatro como él y se que de su mano haremos una hermosa composición que sumará un color más a este heterogéneo y excelente elenco que se que a primera impresión tiene muchas ganas de contar esta obra, porque a pesar de los avances y de cierta apertura, sigue habiendo represiones internas y externas y es difícil que olvidemos las secuelas del pasado y podamos vivir en plena libertad. Somos buena gente y queremos lograr un hecho artístico importante más allá de las críticas y el público.
Merecemos un éxito y espero lo logremos. Me siento muy cómodo
y me divierto mucho trabajando a pesar del dramatismo de la obra.
Ahora me voy a dormir, solo, como la Princesa en la esperanza que pronto llegue mi príncipe azul.

Daniel Toppino